CONCOURS GÉNÉRAL DES LYCÉES – SESSION DE 1998
(Classes terminales ES, L et S)
Durée: 5 heures
(L’usage du dictionnaire est interdit)
1. Comente usted el texto siguiente de Vicente ALEIXANDRE.
2. Traduisez en français à partir de « Yo cobraba de sus ojos… » jusqu’à « …al alcance de la mano ».
NOCHE: RONDA Y SÍNTESIS
Aprendizaje
Ella y yo, sentados en el ribazo del río pavonado (1), estábamos azuzando (2) los brillos de acero con nuestras miradas, exaltándonos con el roce de nuestra atención sobre la lisa superficie. Sacábamos el brillo al río mecánicamente, con un ir y venir de visuales que lo dejaban bruñido (3) bajo la alta luna fría, el terso metal delgado sólido sin duda, comprobable.
¿ Qué esperábamos ? Toda la sombra se nos hubiera abierto tal una fruta liberal, desgajada (4) en cuartos cárdenos (5), sorprendente de pepitas consteladas, si hubiéramos sabido mirar hacia arriba, hacia la oscura copa azul del cielo, indiferente. Pero, ¡ ah !, que no nos ocupábamos sino de nosotros mismos. Yo cobraba de sus ojos – de los de ella – lo que me estaba haciendo falta en los míos azules : un tifón de negrura violentísimo que supiese sorberse a tiempo todas las sombras, frías o ardientes, que revueltas plásticamente nos ofrecía la noche a borbotones, desbordadas de sus vasos de ébano. Y ella aprendía de los míos azules, lo que ignoraba todavía : a copiar el nacimiento azul, purísimo, emergente entre el nuboso lecho de la aurora, del río feliz que cada mañana venía a ponerse ante nosotros y como al alcance de la mano.
Distraídos por el mutuo aprendizaje, no veíamos la grupa de la noche saltar de hora en hora impaciente, desde las faldas de los montes sobre los verdes opacos, de paño, y avanzar silenciosa, brillante la piel, fogosa de cascos (6), hasta el vado (7) mismo del río fronterizo. Pronto iba a recorrer todo su camino. Y nosotros que estábamos allí precisamente para contemplarlo, no nos dábamos cuenta. Asidos de la mano, inmóviles (la atención como una sola sangre que sintiéramos correr en nuestras venas, la misma, pasando del uno al otro, sin salto, en tránsito dulcísimo, a latidos alternos), nuestra linfa era el ramaje único de coral parado, clavado en el suelo por nuestras plantas, enlazado casi vegetalmente por nuestros dedos. Parecíamos nacidos allí, en aquella forma absorbente enhiestos desde la superficie de la tierra, con las frentes oreadas (8) de calor difuso, lechoso, tibio para nuestra piel, con halago rumoroso de naturaleza.
Pero no veíamos la noche. Ni la sentíamos pasar. Precisamente ya estaba cruzando el río por su vado de sombra. Se veía que seguía el camino previsto por los astrólogos. El cuello cimbrio(9) se combaba (10) enfoscado (11), sin jinete, pegaso libre sin alas descendiendo a la tierra, desde los altos montes retrasados ; sin ruido, con paso de manto, pero con gesto atronador – ¡ el gesto ! –, braceante, que nos hubiera dejado sordos de no oír nada. Hasta atravesar las aguas aceradas, densas, medida de las horas, para desembocar, aún húmedo, en las praderas hondas, desnudas, mudas, inmensas del alba, emprender el desbridado galope último y perderse en la lejanía, esfumarse entre los telones grises, rosas, fusias, cárdenos de naciente.
Pero nosotros ni nos dimos cuenta. Con esmaltes azules de lago, a ella, y a mí con tormentosas ondas sombrías, en los ojos, nos sorprendían las primeras luces.
Vicente ALEIXANDRE (1898-1984), Primeras prosas poéticas, 1927, ed. Aguilar, 2a edición, Madrid, 1978
(1) – Pavonado = bleu foncé.
(2) – Azuzar = ici, poursuivre.
(3) – Bruñido = poli.
(4) – Desgajada = ouverte, séparée.
(5) – Cárdeno = violacé.
(6) – Los cascos = les sabots (du cheval).
(7) – El vado = le gué.
(8) – Orear = rafraîchir.
(9) – Cimbrio = courbé, arrondi.
(10) – Combarse = se courber.
(11) – Enfoscado = obscurci.